La canción se acabaría llamando Common People. Un fiel reflejo de los distintos estratos sociales de la sociedad en la que vivimos.
Entras en una tienda de discos de segunda mano, vendes tus viejos vinilos, con el dinero compras un sintetizador de segunda mano y cuando llegas a casa creas una melodía con tres acordes. Tú no lo sabes, pero acaba de nacer el himno de eso que se llamaría el Brit pop. Vale que hay que darle una forma, y ponerle una letra, pero para eso están tus compañeros de la banda y los recuerdos de un curso de escultura donde hace muchos años conociste a una rica heredera griega, la misma que te decía que desaría vivir en un bario de clase media y vivir como la gente normal.
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